Han pasado poco más de 480 años desde que llegó la primera caña de azúcar al Valle del Cauca, un producto agrícola que no solo se ha convertido en el principal cultivo del departamento, sino que ha evolucionado a tal punto que hoy los vallecaucanos son líderes en cosechar un sinfín de soluciones y alternativas acordes a las necesidades del medio ambiente y de sus habitantes.
Además de azúcar, miel, panela y guarapo, tras casi medio milenio de su llegada, la caña sigue brindando oportunidades de aprovechamiento en la cadena de abastecimiento de las empresas del Valle, como la producción de biocombustible, Etanol, y la cogeneración de energía, procesos que incrementan la eficiencia y competitividad de las compañías y la región.
“Somos el principal cogenerador de energía de Colombia, es decir, producimos para vender al sistema de energía de Colombia, esto nos permite tener una ventaja competitiva con respecto a otros departamentos, porque significa que las empresas del Valle son más sostenibles. Así las cosas, vemos cómo nos hemos convertido en un referente en materia de bionegocios”, explicó Ana María Castillo, directora de la Unidad
Económica y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali.
Los bionegocios son aquellas compañías que, a través de los recursos naturales,transforman sus procesos para la producción de alimentos, productos biológicos y la bioenergía, entre otros, garantizando el crecimiento sostenible de la empresa. A la fecha, y de acuerdo con cifras de la Comisión Regional de Competitividad del Valle, el departamento tiene más de 4.400 empresas que trabajan con bionegocios.
“Somos el mayor exportador agroindustrial del país. El Valle produce el 89 por ciento de los alcoholes, es decir del bioetanol del país, alcohol con el que se pueden sacar ingredientes naturales para productos de belleza; también produce surfactantes, utilizados para la elaboración de productos del cuidado personal; combustible; e hidrógeno verde, a través del amoniaco. Esto nos demuestra que la biodiversidad genera negocio”, señaló Castillo.
Verde y competitivo
El Valle del Cauca, aunque representa el 1,9 por ciento del territorio nacional, destaca por su tejido empresarial basado en los bionegocios, los cuales participan con diferentes modelos productivos en cinco segmentos: agrícola, pecuario, agroindustrial, biotecnología y bioenergía.
Por esta razón, nació ‘Valle de Bionegocios’, una estrategia de competitividad que surgió a partir de un ejercicio colectivo, liderado por la Comisión Regional de Competitividad, en el que participaron diferentes actores para identificar seis fortalezas del Valle, una de ellas los bionegocios.
“Desde el 2015 hemos reconocido las empresas que trabajan con bionegocios, los cuales han surgido gracias a las riquezas del territorio; y, a su vez, identificamos las oportunidades que tenemos para potenciar nuestras fortalezas y ser competitivos”, indicó Marvin García, de la Comisión Regional de Competitividad.
El Valle es uno de los mayores productores de proteína blanca, con el 25 por ciento de la producción total del país; lidera la producción de bioetanol en Colombia; encabeza la lista de departamentos que más cogeneran energía a partir de la caña de azúcar y otros tipos de biomasa; y es el mayor exportador agroindustrial.
“Durante 2023 se exportaron 602.000 toneladas de azúcar a más de 60 países, que representaron para el país y la región ingresos por divisas cercanas a los US $432 millones. Las exportaciones de esta agroindustria corresponden a más del 50 por ciento de las exportaciones agroindustriales en Cauca y Valle”, señala la Cámara de Comercio de Cali en su informe Ritmo Exportador de marzo del 2024.
Así las cosas, la apuesta para el departamento es continuar liderando los bionegocios en la economía nacional, conquistar nuevos mercados y convertirse en potencia agroindustrial.
Proyectos apalancadores de inversión extranjera
A través de la estrategia de desarrollo de ‘Valle Verde’, Invest Pacific, agencia de atracción de inversión extranjera, busca el posicionamiento del Valle del Cauca en las cadenas de valor globales aprovechando las capacidades del departamento en energías renovables, química verde y economía circular, las cuales les permiten a las empresas cumplir con sus metas de carbono neutralidad.
“La matriz eléctrica del departamento, por ejemplo, proviene en un 90 por ciento de fuentes renovables y asciende a 3,3 millones de megavatios (MWh). En economía circular, produce al año 8,8 millones de toneladas de bagazo de caña, así como 570.000 toneladas de residual avícola (gallinaza) y 251.000 toneladas de residual porcícola, que pueden ser utilizados como biomasa para diversos fines”, explicó Juan Carlos Castro Lozano, director ejecutivo de Invest Pacific.
Asimismo, el departamento tiene un amplio potencial en materia de química verde. Seis de las siete plantas de bioetanol que hay en Colombia están en el Valle del Cauca, las cuales generaron 328 millones de litros en 2023.
Por esta razón, Invest Pacific ha identificado tres megaproyectos de largo aliento con los que busca potenciar los negocios verdes del departamento.
El primero es la planta de óxido de etileno, la cual aprovecharía el uso de algunos aceites naturales, especialmente de palma, para producir cosméticos, productos de aseo y farmacéuticos.
El segundo megaproyecto es la puesta en marcha de una planta de SAF (biocombustible para la aviación), aprovechando las oportunidades del Valle en la utilización de biomasa y bioetanol.
Un tercer megaproyecto es la construcción de la planta de hidrógeno verde, que serviría la producción de biocombustibles para grandes embarcaciones, así como para el desarrollo de fertilizantes con baja huella de carbono.
De la caña a la energía verde
Aunque desde 1997 Incauca ha sido pionero en la cogeneración de energía, en el 2023, el Ingenio marcó un nuevo hito al poner en operación su nueva planta de cogeneración de energía en el municipio de Miranda, Cauca, con el fin de duplicar la generación de energía eléctrica que actualmente producen con el bagazo de caña como combustible, así como generar 32 millones de kilovatios extra para ofrecerlos al sistema eléctrico nacional.
“Además de aportar a la reducción de la huella de carbono con la producción de más energías sostenibles, este proyecto tiene como objetivo garantizar el abastecimiento en la región que tiene un índice deficitario de energía”, indicó Mauricio Aguilar, director de Negocios de Energía de Incauca.
Para hacer realidad este proyecto, la compañía invirtió 230.000 millones de pesos y está en la capacidad de entregar al Sistema Interconectado Nacional 32 millones de kilovatios de excedentes de energía eléctrica.
“Con este proceso de cogeneración evitamos la emisión de alrededor de 200.000 toneladas de CO2 al año, comparado con la generación térmica tradicional”, puntualizó Aguilar.
En el 2023, y con el apoyo de 3.633 colaboradores, Incauca logró una producción de 285.749 toneladas de azúcar; 57’606.438 litros de alcohol (biocombustible); 329’038.079 kilovatios de energía; y 96.000 toneladas de abono orgánico. Todo esto a partir de 3’002.181 toneladas de caña procesada.
Gallinaza, la oportunidad de oro sostenible
En el 2017, los Huevos Kikes salieron del cascarón con una idea pionera en Colombia: el primer biodigestor capaz de transformar el excremento de las gallinas (gallinaza) en 800 kilovatios de energía eléctrica verde renovable.
“¿Qué hacer con las 18.000 toneladas de gallinaza que producen nuestras cerca de 7 millones de aves? Lo que parecía un problema para muchos fue nuestra oportunidad de generar energía renovable”, explicó José Luis Mateus, vicepresidente de bionegocios de Huevos Kikes.
Desde Alemania hasta Caloto, Cauca, el primer biodigestor (estructura hermética donde se depositan desechos orgánicos) logra que la gallinaza se transforme en metano y CO2 para generar energía y abastecer en un 40 por ciento a su Granja Egipto.
“La planta consume 150 metros cúbicos diarios de gallinaza, esta es mezclada con agua y va a un tanque de prealmacenamiento, el cual bombea la mezcla al biodigestor. Una vez en el biodigestor, ocurre un proceso de digestión anaeróbica y, luego de un periodo, el material orgánico que contiene la gallinaza se transforma en biogás, compuesto principalmente por metano y CO2, entre otros gases”, dijo.
Este biogás pasa, posteriormente, a un motor de combustión, que funciona con metano, el cual acciona un generador que produce energía eléctrica, garantizando la autosostenibilidad de la compañía.
Incubadora Santander, empresa dueña de la marca Huevos Kikes, invirtió USD 4,5 millones en la construcción y puesta en marcha de este biodigestor.
Fuente de la noticia: El Pais.com